MIQUEL GIL
(Prólogo al libro)
Hace años que conocí a Raquel, una chica de Barcelona del entorno docente de Antonio Sánchez y su “Tactequeté”, venía, con una muy buena formación percusiva, de universos cercanos a la música brasileña y comenzaba a transitar caminos ibéricos.
Quería aprender a cantar a la forma valenciana, apareció por la Auma de Picasent donde yo daba unos talleres de voz mediterránea. No hemos perdido el contacto desde entonces.
Raquel ha hecho muchos kilómetros, ha trabajado mucho, ha impartido muchas horas de docencia, a veces da vértigo seguirle la pista.
Ahora prepara este “Dame confites” desde la experiencia acumulada y la ilusión de un primer trabajo firmado.
Quien os diga, en la segunda década del siglo XXI, que hace trabajo de campo, que recopila canciones, os está vendiendo la moto o la cabra, no sé bien qué os está vendiendo, pero lo que es seguro es que no os está diciéndoos la verdad ni la realidad. Alan Lomax hoy no podría hacer nada, no quedan informantes vivos, el trabajo de campo hace décadas que se ha terminado. Pura biología.
Lo que sí que podemos hacer es extraer el jugo a las fonotecas que están editadas y aportar funcionalidad a un repertorio de mucha calidad para que podamos seguir usándolo en el siglo XXI.
Creo que, desde la honestidad más rigurosa, sin imposturas ni falseados, es lo que ha hecho Raquel: ponernos al alcance unas canciones para que las hagamos nuestras y las utilicemos en el día a día.
Sin añadir “producción” musical, sin “industrialismos culturales” que desvirtúen la esencia, conservando con claridad el espíritu de las canciones. Ni más ni menos.
Sencillamente la voz de una mujer y unas percusiones.
“Raquel y los “confites” os ayudarán a fabricaros las propias músicas para que toquéis, cantéis y bailéis. La artesanía musical os ayudará a vivir mejor. Disfrutadlo!!!”