El ‘Dame confites’ es fruto de estos tiempos confitados. Eso es evidente. Es consecuencia.
EL VÍDEO DEL PROYECTO
¿Quieres además ver cómo hicimos el “Dame Confites”.
Aquí puedes verlo.
EL RETO
“Esa llamada fue fundamental. Así que calculamos los tiempos y tomé una decisión. Como un compromiso conmigo misma, si consigo que seamos 100 confiter@s en 10 días voy a autoeditar el ‘Dame confites’ en un mes. ¡Eso es!”
“Nunca choveu que non escampara”. Eso leí el nueve de mayo y en ese instante pensé que tenía el deber de hacéroslo leer a vosotros también. Lo compartí en mis redes.
¿POR QUÉ “DAME CONFITES”?
Esta situación que vivimos desde hace poco más de cien días está siendo brutal; pero brutalmente sorprendente en lo positivo, en lo creativo, en el amor, en la belleza también. A veces.
El ‘Dame confites’ es fruto de estos tiempos confitados. Eso es evidente. Es consecuencia. En los últimos siete años he almacenado mucho material: de archivos locales, de fonotecas públicas, colecciones privadas, trabajo de campo, de formaciones. Y, aunque autoeditar un nuevo trabajo era la idea, nunca hubiera tomado esta forma exacta, puesto que, en mi imaginación, me columpiaba entre otras y distintas propuestas.
Había leído a menudo, en los primeros quince días, que estábamos en pausa, que ya veríamos qué pasaba cuando todo pasara. Y creía que no éramos del todo conscientes de que esto seguía. No ha existido el parón; lo que uno hacía y sentía entonces seguía sumando. “Aguanten”, solía pensar, como si quisiera alentaros y alentarme también a mí misma.
“No estamos de parón, el tiempo corre, todo lo que vivimos estos días de cuarentena cuenta, suma”
Las palabras de la catalana Andrea Fuentes, la seleccionadora estadounidense de natación sincronizada, confinada en USA, me parecieron inspiradoras. Decía que había tomado la determinación de vivir la cuarentena como una oportunidad. Una oportunidad de situarse en otra perspectiva y experimentar, para seguir avanzando y aprendiendo de maneras que, en circunstancias habituales, ni hubiéramos imaginado. Esto me pareció tan inspirador que ha sido mi lema desde entonces.
En mi confitamiento han sido fundamentales la rutina (a cualquiera que me conozca le va a costar de creer) y mis alumnas del curso online, que me han dado la primavera, puntuales, cada día a las seis. Entre las charlas de final de clase fui dibujando en mi cabeza la idea: compartir con vosotras estas libretas de letras que tanta envidia me decís que os dan. He oído muchas veces este comentario sobre mis famosas libretas.
El día cinco de junio os revelaba en las redes que quería autoeditar un nuevo trabajo. Fue la manera de avisarme también a mí de que la máquina se ponía en marcha. ¡Más carbón, candela! Abróchate el cinturón que partimos Raquelita. Una semana después llamé a mi amigo Sergio López Santos, que muchos conocemos como el de la pandereta.
En mi cabeza (o en mis tripas) sentía que el vaso estaba lleno e iba a rebosar si no lo contaba. A ambos nos pareció una locura tal cual iba desparramando los detalles, y a ambos nos pareció que era totalmente factible que, “esta máquina de hacer cosas”, como me soléis llamar algunos, fuera capaz de hacerlo realidad.
Esa llamada fue fundamental. Así que calculamos los tiempos y tomé una decisión. Como un compromiso conmigo misma, si consigo que seamos 100 confiter@s en 10 días voy a autoeditar el ‘Dame confites’ en un mes.
¡Eso es!
¿QUIERES VER CÓMO LO HICIMOS?
DAME CONFITES, ¡EL DOCUMENTAL PRODUCIDO POR SIMONE CANNOVA!
Y el resto ya sabéis como ha sido. Aquí estoy, aquí estamos. Vuestra “presencia” ha sido esencial. Un lujo teneros cerca en esos primeros diez días y sentir que os estaba cantando, amigos, desde el corazón.
Al final ha pasado como en las vacaciones, que en lugar de frenar, en esta cuarentena, he dado el acelerón. Pasen y vean. Canten y disfruten. Yo así lo he hecho.